miércoles, 27 de abril de 2011

Bloqueo

Claudia está bloqueada. Se encuentra en ese punto exacto en el que mira pero no ve. Sus ojos no enfocan, siempre apuntan al infinito. Ella lo intenta, con toda su alma. A veces lo consigue, aunque por poco tiempo. Y entonces vuelve a observar la nada que sólo ella es capaz de sentir.

Todo empezó un día de esos en los que uno piensa: "Luego". Mala palabra, ese "Luego". Porque el "ahora" se convierte en largos minutos tumbada en la cama, mirando al techo. "¿Y esa marca?", se pregunta. "¿De veras ha estado siempre ahí?". Pero Claudia no se mueve. Sólo navega por los recuerdos de su mente, hasta que encuentra uno que le dice que sí, que esa marca ha estado siempre ahí. Entonces cierra los ojos durante unos segundos para después abrirlos y mirar por la ventana. "Qué azul está el cielo hoy". Y permite que un torrente de emociones viajen a través de ella. No las controla, simplemente deja que pasen. Una tras otra. Algunas hacen daño, otras gritan. Se pisan entre ellas, se empujan, salen corriendo y muy pocas veces vienen para quedarse. O quizá sí. Claudia no se da cuenta.

A veces Claudia se sienta al borde de la cama, cruza las piernas y se mira en el reflejo del cristal de la ventana. Se masajea la espalda, juega con su pelo. Mira su estantería repleta de libros, para no encontrar nada nuevo. "Podría empezar ése que compré hace medio año". Esa idea es como un dolor sordo y lejano, sin la fuerza suficiente para generar una acción. Claudia se odia por ello. Pero sabe que cogerá el libro, leerá las cuarenta o cincuenta primeras páginas, y a partir de ahí el libro reposará pasivo sobre la mesilla durante medio año más. La escultura perfecta a la falta de constancia. O de motivación. ¿De concentración? Da lo mismo. A la falta de algo.

De modo que Claudia está bloqueada en uno de esos bloqueos tan estúpidos que provocan un tremendo seísmo en su mente. Porque Claudia tiene la maldita manía de imaginar las cosas. Ante la supuesta inevitabilidad de su inacción, su otro yo realiza todo aquello que ella sabe que debería hacer. Vive su vida como en una película. Es la eterna idea que nunca acaba convirtiéndose en hecho. Y eso le produce más apatía aún.

Claudia está bloqueada, y por ello navega indecisa en un mar de posibilidades. Demasiadas posibilidades entre las que elegir. Al elegir un único, otros muchos únicos se pierden. Es injusto y cruel. Por eso Claudia se queda quieta. Y espera.

Hasta que un día algo la despierta y...

6 comentarios:

  1. Yo también he tenido bloqueos, pero no tan chungos como los de Claudia!!
    Me has dejado en ascuas..... Que la despierta y que ocurre??

    Dulces sueños Saya! Bss

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  2. Gybby, cuando Claudia despierta puede pasar absolutamente TODO... Habrá que ir viendo poco a poco :)
    Dulces sueños para ti también ;)

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  3. ...traigo
    sangre
    de
    la
    tarde
    herida
    en
    la
    mano
    y
    una
    vela
    de
    mi
    corazón
    para
    invitarte
    y
    darte
    este
    alma
    que
    viene
    para
    compartir
    contigo
    tu
    bello
    blog
    con
    un
    ramillete
    de
    oro
    y
    claveles
    dentro...


    desde mis
    HORAS ROTAS
    Y AULA DE PAZ


    COMPARTIENDO ILUSION
    LAS NOCHES NARANJAS

    CON saludos de la luna al
    reflejarse en el mar de la
    poesía...




    ESPERO SEAN DE VUESTRO AGRADO EL POST POETIZADO DE MEMORIAS DE AFRICA , CHAPLIN MONOCULO NOMBRE DE LA ROSA, ALBATROS GLADIATOR, ACEBO CUMBRES BORRASCOSAS, ENEMIGO A LAS PUERTAS, CACHORRO, FANTASMA DE LA OPERA, BLADE RUUNER ,CHOCOLATE Y CREPUSCULO 1 Y2.

    José
    Ramón...

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  4. Gracias por esas bellas palabras, José Ramón, bienvenido a este blog :)

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  5. Es cierto, elegir siempre es jodido no solo por lo que dejas a un lado; sino porque tampoco tienes la garantia de escojer lo mejor. Es jodido, como la vida

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  6. Totalmente cierto Spaski... Es una pena, no crees?

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