martes, 8 de marzo de 2011

No lo hagas

No lo hagas.

No me critiques; no me corrijas. No me indiques qué hacer, no me señales la dirección, no pretendas guiarme por el supuesto camino correcto. No me impongas tu filosofía de vida; no me intentes convencer de que tienes más razón que yo. No me digas en qué fallo ni cómo debería pensar, ni insinúes que mi actitud es la equivocada. No me vendas psicología barata ni autoayuda de papel reciclado mientras tú tienes tu propia mierda que limpiar. No señales con el dedo de la inseguridad todos mis defectos como si los tuyos fueran menos importantes; no quieras hacerme creer que sólo yo soy un caso perdido. No me recuerdes las cosas que no tengo, en todo caso ayúdame a no olvidar lo que debo atesorar. No me digas lo que sabes perfectamente que no necesito oír; no apuntes y dispares sólo porque haciendo eso te sientes superior. No me mires por encima del hombro o acabarás chocando con los hombros de quienes te miran a tí; no me compadezcas ni sientas pena por mí sólo porque nuestras vidas sean simplemente distintas. No puntualices cada vez que cambio de opinión; no pongas esa cara de extrañada sorpresa con cada pequeño cambio que yo decida hacer. No vengas y te vayas cuando te plazca sin tener en cuenta mis necesidades; no me llames egoísta por verbalizar lo que tú siempre haces. No me engañes diciendo que no tienes tiempo cuando lo que realmente no hay es interés o ganas, ni te defiendas insistiendo en que son imaginaciones mías, porque ambos sabemos que tengo razón. No abras la puerta, des una vuelta, pruebes un poco y luego decidas que lo que ves no cumple tus expectativas; si vienes, es para quedarte. No me vendas que eres feliz con lo que tienes y por cómo eres, ni ocultes bajo la máscara de la indiferencia el vacío y la tristeza que a veces te invaden.

Porque sabes que te pareces demasiado a mí.

Porque en realidad todos vivimos en un mundo espejo...

No lo hagas. No me critiques; no me corrijas.

Sólo acaríciame con cariño y rodéame con tus brazos para que pueda sentir tu respiración; quiero escuchar los latidos de ese corazón tuyo, tan similar al mío. Cierra los ojos, siénteme cerca, sonríe y no me sueltes nunca...

No lo hagas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Ocho meses

Silencio. Un vaso que poco a poco se vacía, de manera apenas perceptible. El frío que siempre vuelve, exigiendo quedarse. Una flor que se pu...